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La República Democrática del Congo (RDC) ha declarado este miércoles un nuevo brote de ébola tan solo ocho días después de que concluyera el anterior y sin aparente conexión con este, según las autoridades sanitarias. En esta ocasión la epidemia ha surgido en el noreste, en concreto en los alrededores de Mangina, cerca de la ciudad de Beni y no demasiado lejos de la frontera con Uganda, en la región de Kivu del Norte. Hay cuatro casos confirmados y veinte muertos, entre ellos un enfermero.
El ministro de Sanidad congolés, Oly Ilunga, confirmó la reaparición del virus ébola en su país y detalló que en la localidad de Mangina se habían detectado 26 casos de fiebres hemorrágicas, de las que se habían enviado seis muestras al Instituto Nacional de Investigación Biomédica en Kinshasa, donde cuatro dieron positivo. Se trata de la décima epidemia que se declara en la RDC desde que se descubriera esta enfermedad en 1976.
El doctor Alain Musondolya, entrevistado por AFP, aseguró que “los enfermos llegan vomitando sangre, con diarreas y hemorragias nasales. No tenemos insumos para tratarlos y el personal está expuesto al contagio”. El Gobierno congolés ya ha enviado un equipo especializado integrado por 12 personas, cuya llegada está prevista este jueves, mientras que Médicos sin Fronteras y Cruz Roja se preparan para un nuevo despliegue.
Esta castigada región de la RDC sufre desde hace décadas la presencia de decenas de grupos armados mientras que en los últimos dos años se han intensificado las matanzas de población civil. Esta violencia y que Kivu del Norte sea la región más densamente poblada del país, muy cerca de Uganda, hace temer a las autoridades que el control de la enfermedad pueda ser más complicado.
El último brote de ébola en la RDC se declaró el 8 de mayo en Bikoro, región de Ecuador, y luego se extendió a la ciudad de Mbandaka. En el momento de su extinción, el pasado 24 de julio, había provocado 33 muertos y 54 casos. Su control fue posible gracias a la rápida respuesta de las autoridades nacionales y de la comunidad internacional, así como a la vacunación de miles de personas, tanto personal sanitario como contactos de los casos confirmados. Las autoridades han asegurado que, en principio, ambas epidemias no están relacionadas dada la distancia de más de 2.500 kilómetros entre ambas zonas.
El virus ébola es endémico en la RDC, país donde fue descubierto en 1976, pero la peor epidemia de la historia de esta enfermedad se declaró en Guinea en marzo de 2014, se extendió a Liberia, Sierra Leona, Nigeria y Malí y provocó más de 11.000 muertos y de 28.000 contagios, así como una profunda crisis en la Organización Mundial de la Salud que se vio obligada a asumir los errores cometidos por su falta de reacción ante la crisis. El contagio del virus se produce, en primera instancia, de un animal al ser humano y, posteriormente, de persona a persona a través del contacto con los fluidos. Se cree que ciertas especies de murciélagos frugívoros son su principal huésped.
La República Democrática del Congo (RDC) ha declarado este miércoles un nuevo brote de ébola tan solo ocho días después de que concluyera el anterior y sin aparente conexión con este, según las autoridades sanitarias. En esta ocasión la epidemia ha surgido en el noreste, en concreto en los alrededores de Mangina, cerca de la ciudad de Beni y no demasiado lejos de la frontera con Uganda, en la región de Kivu del Norte. Hay cuatro casos confirmados y veinte muertos, entre ellos un enfermero.
El ministro de Sanidad congolés, Oly Ilunga, confirmó la reaparición del virus ébola en su país y detalló que en la localidad de Mangina se habían detectado 26 casos de fiebres hemorrágicas, de las que se habían enviado seis muestras al Instituto Nacional de Investigación Biomédica en Kinshasa, donde cuatro dieron positivo. Se trata de la décima epidemia que se declara en la RDC desde que se descubriera esta enfermedad en 1976.
El doctor Alain Musondolya, entrevistado por AFP, aseguró que “los enfermos llegan vomitando sangre, con diarreas y hemorragias nasales. No tenemos insumos para tratarlos y el personal está expuesto al contagio”. El Gobierno congolés ya ha enviado un equipo especializado integrado por 12 personas, cuya llegada está prevista este jueves, mientras que Médicos sin Fronteras y Cruz Roja se preparan para un nuevo despliegue.
Esta castigada región de la RDC sufre desde hace décadas la presencia de decenas de grupos armados mientras que en los últimos dos años se han intensificado las matanzas de población civil. Esta violencia y que Kivu del Norte sea la región más densamente poblada del país, muy cerca de Uganda, hace temer a las autoridades que el control de la enfermedad pueda ser más complicado.
El último brote de ébola en la RDC se declaró el 8 de mayo en Bikoro, región de Ecuador, y luego se extendió a la ciudad de Mbandaka. En el momento de su extinción, el pasado 24 de julio, había provocado 33 muertos y 54 casos. Su control fue posible gracias a la rápida respuesta de las autoridades nacionales y de la comunidad internacional, así como a la vacunación de miles de personas, tanto personal sanitario como contactos de los casos confirmados. Las autoridades han asegurado que, en principio, ambas epidemias no están relacionadas dada la distancia de más de 2.500 kilómetros entre ambas zonas.
El virus ébola es endémico en la RDC, país donde fue descubierto en 1976, pero la peor epidemia de la historia de esta enfermedad se declaró en Guinea en marzo de 2014, se extendió a Liberia, Sierra Leona, Nigeria y Malí y provocó más de 11.000 muertos y de 28.000 contagios, así como una profunda crisis en la Organización Mundial de la Salud que se vio obligada a asumir los errores cometidos por su falta de reacción ante la crisis. El contagio del virus se produce, en primera instancia, de un animal al ser humano y, posteriormente, de persona a persona a través del contacto con los fluidos. Se cree que ciertas especies de murciélagos frugívoros son su principal huésped.
Fuente: El Español