Margarita García Méndez, alias La Margot, fue una de las sicarias más sobresalientes de Los Zetas, pues tras unirse al grupo criminal en el año 2000, cuando aún pertenecía al Cártel del Golfo, se destacó la más temible tumbaviones.
Aunque inicialmente la participación de las mujeres en el narcotráfico se limitaba a conseguir contactos, transportar droga o lavar dinero, la creciente ola de violencia y la descomposición familiar en sectores sociales de México facilitaron la inserción de mujeres en tareas más complejas, según Martón Barrón, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).
Pese a lo espectacular que pudiera resultar, las sicarias son virtualmente iguales que los gatilleros varones, ya que hablan el mismo lenguaje, tienen edades similares y pertenecen a los mismos barrios y comunidades. De acuerdo con Barrón, el resultado de la mezcla social es predecible:
Las mujeres pueden ser tan violentas como los hombres”
El caso de Margarita García, quien radicaba en Valle Hermoso, Tamaulipas, fue documentado por las autoridades y se distinguió como la primera gran sicaria del narcotráfico, pues su labor, que desempeñó durante siete años, consistía en tumbar aviones cargados de droga, custodiarlos y, en otras ocasiones, organizar acciones armadas contra los grupos rivales.
La Margot no era una mujer hermosa ni sofisticada, pero se distinguió porque siempre estaba en el frente de batalla, además de que en las misiones que se le encomendaban iba codo a codo con cualquier miembro de Los Zetas.
De acuerdo con un juez federal, Margarita García estaba acompañada de José Ramón Dávila López, alias El Cholo, cuando fue detenida en Ciudad Victoria, Tamaulipas, luego de que ambos agredieran a un hombre por un incidente de tránsito.
Con 31 años de edad, la carrera criminal de Margarita García llegó a su fin el 2 de febrero de 2007. Ese día, el Centro de Mando C-4 de la capital reportó a todas las patrullas que en la calle Bravos, entre Hidalgo y Boulevard, yacía un hombre con un tiro en la cabeza.
Las patrullas cercanas al lugar del suceso fueron alertadas de que los agresores huían en una camioneta sin placas. El auto fue ubicado en la colonia Unidad Modelo y al percatarse de que eran alcanzados, La Margot y El Cholo decidieron enfrentar a la Policía.
Durante el altercado, los sicarios de Los Zetas hirieron a dos policías, pero fueron arrestados y apenas tres días después, Margarita García fue recluida en el penal de Puente Grande, en Jalisco.
En 2009, un estudio hecho por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que al menos 7 mil 700 mujeres estaban tras las rejas por delitos relacionados con drogas; sin embargo, según señaló Rocío Gaytán, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, la mayoría de los casos estaban relacionados con ‘cuestiones sentimentales’.
De acuerdo con Rocío Gaytán, un gran número de féminas fueron arrestadas luego de que intentaran introducir droga a reclusorios de hombres, destinada para sus hijos o parejas; otras, ancianas en su mayoría, vendían droga en pequeña escala; y algunas más, participaron directamente en la línea de fuego.
Sin embargo, el caso de Margarita García fue muy particular, pues además de ser acusada por la Procuraduría General de la República (PGR) de custodiar cargamentos de droga de la banda criminal de Los Zetas y participar en conflictos armados contra grupos rivales, fue una de las más temidas tumbaviones de la organización criminal.
Con información de La Silla Rota, El Universal y Vanguardia