Una pesadilla de 39 horas

16 julio 2011
Noticias de Yucatán

(inseguridad, secuestro)

16 julio 2011
Hallan a la joven al detectar otros casos similares en el país

Fueron 39 horas de angustia las que vivió la familia de Jéssica Caamal Meléndez, la jovenque sufrió un secuestro virtual; durante ese tiempo recibieron amenazas de muerte y su casa se convirtió en un búnker para la policía especializada en secuestros, desde donde se hicieron monitoreos y negociaciones con los supuestos captores.

En su desesperación por rescatar con vida a la joven, la familia depositó $32,000 y ya había reunido los $250,000 para pagar el rescate. Horas antes del depósito, la joven fue rescatada por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Fiscalía.

"Fue como una pesadilla para la familia", dijo la tía de Jéssica anteayer en rueda de prensa.

El fiscal, Héctor Cabrera Rivero, dijo que se presume que en este caso los extorsionadores llamaron al azar. El primer contacto que tuvieron con la víctima fue al mediodía del martes.

La muchacha recibió la llamada en el teléfono de su casa, y en ella le informaron que tenían secuestrada a su mamá.

Le pidieron su número celular y le indicaron que saliera de la casa y comprara un Movistar.

A las 12:45 del mediodía llegó a Plaza las Américas a bordo del Tsuru gris, el cual estacionó con las llaves debajo de los asientos. Acudió a empeñar su laptop y compró el celular. Le pidieron que desactive su celular.

Alrededor de las 2:30 de la tarde del mismo martes Jéssica se hospedó en el hotel Centenario.

A las 3 de la tarde la familia recibió una llamada de los secuestradores, en la que informaron que tenían a la muchacha y pidieron $500,000 de rescate.

A la joven le decían que no saliera porque tenían secuestrada a su mamá y la matarían. A las 3:30 de la tarde del martes la familia depositó los primeros $7,000.

Para la medianoche del mismo martes se recibió otra llamada de los secuestradores en la que amenazaron a la familia.

El miércoles a las 4 y a las 8 de la mañana hubo otra comunicación en la que se le pidió a la familia más dinero, o matarían a la muchacha. El miércoles, alrededor de las 10 de la mañana, se depositaron otros $25,000, con lo cual ya sumaban $32,000.

A las 7 de la noche llegó personal de la Policía Federal, de México, de la SSP y de la Fiscalía especializados en secuestros, y se inician las negociaciones con los supuestos captores; se reduce el monto de $500,000 a $250,000.

Al mismo tiempo, la Fiscalía recibe información de la PGR de que en otras partes del país se habían presentado casos similares y las víctimas fueron halladas en hoteles. Comienza la búsqueda en hoteles y moteles del estado y se avisa a todas las policías para su localización.

La familia ya había reunido el dinero del rescate, que depositaría apenas abriera el banco.

El jueves, alrededor de las 3 de la madrugada, los agentes de la Fiscalía y de la Secretaría de Seguridad Pública llegaron al hotel Centenario. A los administradores del hotel les pareció extraño que durante dos días Jéssica se hospedara sola.

A las 3:15 a. m. se concretó el rescate y a las 4 de la mañana la muchacha se reunió con su familia.

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