Noticias de Yucatán
El hecho de ser una ciudad turística propicia que llegue a Izamal mucha gente procedente de diversas partes del mundo.
Por ser un destino cultural, la mayoría de esos visitantes son extranjeros, principalmente europeos que tienen una mente más liberal que la de los mexicanos.
Agobiados por el calor, los turistas que llegan a la Península de Yucatán suelen recorrer los atractivos con poca ropa e incluso las mujeres se asolean topless, es decir, con el torso totalmente desnudo.
Ayer se presentó en Izamal el caso de una mujer que se asoleaba en ropa interior en los corredores del ex convento franciscano. La mujer incluso llegó a estar con el torso complementamente desnudo.
Sin embargo, para decepción de muchos la que se asoleaba en tales condiciones no era una turista curvilínea y de aspecto europeo, sino una mujer ya mayor y, al parecer, afectada de sus facultades mentales.
La indigente fue detectada por vecinos que llamaron enseguida a la policía municipal, que envió a varios agentes al lugar, que no detuvieron a la mujer, pero sí la invitaron a que se vistiera y se retirara del ex convento.
La mujer no quiso decir su nombre, se limitó a recoger sus pertenencias contenidas en varias bolsas de nailon y se retiró.
El hecho de ser una ciudad turística propicia que llegue a Izamal mucha gente procedente de diversas partes del mundo.
Por ser un destino cultural, la mayoría de esos visitantes son extranjeros, principalmente europeos que tienen una mente más liberal que la de los mexicanos.
Agobiados por el calor, los turistas que llegan a la Península de Yucatán suelen recorrer los atractivos con poca ropa e incluso las mujeres se asolean topless, es decir, con el torso totalmente desnudo.
Ayer se presentó en Izamal el caso de una mujer que se asoleaba en ropa interior en los corredores del ex convento franciscano. La mujer incluso llegó a estar con el torso complementamente desnudo.
Sin embargo, para decepción de muchos la que se asoleaba en tales condiciones no era una turista curvilínea y de aspecto europeo, sino una mujer ya mayor y, al parecer, afectada de sus facultades mentales.
La indigente fue detectada por vecinos que llamaron enseguida a la policía municipal, que envió a varios agentes al lugar, que no detuvieron a la mujer, pero sí la invitaron a que se vistiera y se retirara del ex convento.
La mujer no quiso decir su nombre, se limitó a recoger sus pertenencias contenidas en varias bolsas de nailon y se retiró.