—Ya no hay remedio, mi vista ya no regresa —dice Gamboa Flores con voz firme—. Ya me operaron pero no se puede hacer nada.
—Mi vista ya no regresa, pero tengo que salir adelante; tengo un hijo por el cual tengo que trabajar —añade.
—Mucha gente me ha ayudado pero no puedo estar esperanzado de ello, pues la vida es dura, todo está caro y en mi condición necesito de algunas cosas más de lo normal —recuerda.
Llantero desde hace varios años, “Ñocas” perdió la vista hace poco más de un año por la diabetes. También perdió la audición en el oído derecho y en el izquierdo sólo oye al 50 por ciento.
—Me prometieron ayuda todos los políticos cuando estaban en campaña, pero una vez que eso terminó, nadie se acuerda de sus promesas —dice sonriendo.
—Estuve mucho tiempo tirado en mi cama, triste por lo que me está pasando, pero me di cuenta que tengo que dejar eso atrás y tratar de salir adelante —relata.
—Lo que sí espero es que alguien me pueda ayudar con el aparato para mi oído, pues me ayudaría mucho para escuchar que me hablen y poder salir de mi casa para componer alguna llanta y tener para el día —afirma.
Gamboa Flores tiene su casa, en la calle 31 entre 34 y 36 de esta comunidad.— EDWIN CANCHÉ PECH
