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Don´t take me home, please don´t take me home! (¡No me lleves a casa, por favor no me lleves a casa!) Había pasado más de media hora desde que Eric Dier marcara el penalti que dio el pase a cuartos de final del Mundial a Inglaterra y un par de cientos de seguidores continuaban cantando tras la portería en la que se llevó a cabo la tanda contra Colombia. Como si de una liberación se tratara, los hinchas, que se resistían a abandonar el Otkrytie Arena tras alcanzar los cuartos de final por primera vez en 12 años entonaban la canción que ha acompañado a los Tres Leones durante todo el Mundial y que simboliza la necesidad de realizar un gran papel en un país acostumbrado a ser eliminado antes de tiempo en los grandes torneos de selecciones.
Más de medio siglo ha transcurrido desde que los inventores del deporte rey consiguieran su único gran éxito a nivel de selecciones, el Mundial de 1966 que se celebró en su casa. Desde entonces, han encadenado decepción tras decepción. La última fue hace tan solo dos años, en Francia. Allí vieron cómo la recién llegada Islandia les echaba de la Eurocopa a las primeras de cambio. La eliminación supuso un nuevo terremoto en un país en el que la exigencia es siempre la máxima a pesar de llevar años sin cumplir con las expectativas. “Es la peor derrota de nuestra historia. Nos ha ganado un país con más volcanes que futbolistas”, sentenció aquel día Gary Lineker, exjugador inglés y actualmente comentarista.
La debacle ante Islandia derivó en la salida del banquillo de Roy Hodgson. A pesar de no dar con la tecla, el técnico inició un proceso de regeneración que ahora empieza a dar sus frutos. Antes de abandonar el puesto, y ante la multitud de reproches recibidos, Hodgson dejó un aviso: “Entiendo las críticas, pero les pido que confíen en este equipo”. En aquella Eurocopa, la media de edad de Inglaterra era de 25,39 años, el equipo más joven del torneo. Jugadores como Rashford, Dele Alli o Kane empezaban a despuntar. Ahora, con 25,9, es la selección con menor media de edad de las que quedan vivas en el campeonato, pero muchos de sus futbolistas ya cuentan con la experiencia previa de participar en un gran torneo.
Para asumir el reto de hacer competir a esa hornada de jóvenes promesas, la Federación Inglesa eligió a Gareth Southgate, un exinternacional sin apenas experiencia en los banquillos. Antes de aceptar el reto de dirigir a su país en un Mundial, únicamente había entrenado al Middlesbrough, con el que descendió, y a la selección sub-21. Southgate ha dado forma al relevo que inició Hodgson hace dos años. De los 23 convocados, todos procedentes de la Premier League, solo repiten cinco con respecto al Mundial de Brasil (Cahill, Jones, Henderson, Welbeck y Sterling). En el lugar de los veteranos, Southgate ha dado entrada a jugadores sin mucha experiencia pero que han deslumbrado este año en la Premier como Pickford (24), el portero del Everton que se convirtió en héroe tras detener dos lanzamientos en la tanda de penaltis ante Colombia y acabar con la maldición que perseguía a Inglaterra.
"Hace unos meses me hubiese generado alguna duda, pero cuanto más trabajo con este grupo, por la capacidad que tiene, menos dudas tengo", respondió el técnico inglés cuando le preguntaron por la juventud de sus jugadores antes del partido de octavos. Algo que demostró con el once que presentó, en el que solo Ashley Young superaba la treintena. Tras eliminar a Colombia, Inglaterra afrontará el duelo de este sábado a las 16.00 ante Suecia como el último escollo antes de colarse entre las cuatro mejores selecciones del mundo por primera vez en 28 años. Una oportunidad histórica que los jóvenes futbolistas ingleses no quieren dejar pasar porque, como piden sus seguidores en cada partido que disputan, no quieren llevarles de vuelta a casa todavía.
Don´t take me home, please don´t take me home! (¡No me lleves a casa, por favor no me lleves a casa!) Había pasado más de media hora desde que Eric Dier marcara el penalti que dio el pase a cuartos de final del Mundial a Inglaterra y un par de cientos de seguidores continuaban cantando tras la portería en la que se llevó a cabo la tanda contra Colombia. Como si de una liberación se tratara, los hinchas, que se resistían a abandonar el Otkrytie Arena tras alcanzar los cuartos de final por primera vez en 12 años entonaban la canción que ha acompañado a los Tres Leones durante todo el Mundial y que simboliza la necesidad de realizar un gran papel en un país acostumbrado a ser eliminado antes de tiempo en los grandes torneos de selecciones.
Más de medio siglo ha transcurrido desde que los inventores del deporte rey consiguieran su único gran éxito a nivel de selecciones, el Mundial de 1966 que se celebró en su casa. Desde entonces, han encadenado decepción tras decepción. La última fue hace tan solo dos años, en Francia. Allí vieron cómo la recién llegada Islandia les echaba de la Eurocopa a las primeras de cambio. La eliminación supuso un nuevo terremoto en un país en el que la exigencia es siempre la máxima a pesar de llevar años sin cumplir con las expectativas. “Es la peor derrota de nuestra historia. Nos ha ganado un país con más volcanes que futbolistas”, sentenció aquel día Gary Lineker, exjugador inglés y actualmente comentarista.
La debacle ante Islandia derivó en la salida del banquillo de Roy Hodgson. A pesar de no dar con la tecla, el técnico inició un proceso de regeneración que ahora empieza a dar sus frutos. Antes de abandonar el puesto, y ante la multitud de reproches recibidos, Hodgson dejó un aviso: “Entiendo las críticas, pero les pido que confíen en este equipo”. En aquella Eurocopa, la media de edad de Inglaterra era de 25,39 años, el equipo más joven del torneo. Jugadores como Rashford, Dele Alli o Kane empezaban a despuntar. Ahora, con 25,9, es la selección con menor media de edad de las que quedan vivas en el campeonato, pero muchos de sus futbolistas ya cuentan con la experiencia previa de participar en un gran torneo.
Para asumir el reto de hacer competir a esa hornada de jóvenes promesas, la Federación Inglesa eligió a Gareth Southgate, un exinternacional sin apenas experiencia en los banquillos. Antes de aceptar el reto de dirigir a su país en un Mundial, únicamente había entrenado al Middlesbrough, con el que descendió, y a la selección sub-21. Southgate ha dado forma al relevo que inició Hodgson hace dos años. De los 23 convocados, todos procedentes de la Premier League, solo repiten cinco con respecto al Mundial de Brasil (Cahill, Jones, Henderson, Welbeck y Sterling). En el lugar de los veteranos, Southgate ha dado entrada a jugadores sin mucha experiencia pero que han deslumbrado este año en la Premier como Pickford (24), el portero del Everton que se convirtió en héroe tras detener dos lanzamientos en la tanda de penaltis ante Colombia y acabar con la maldición que perseguía a Inglaterra.
"Hace unos meses me hubiese generado alguna duda, pero cuanto más trabajo con este grupo, por la capacidad que tiene, menos dudas tengo", respondió el técnico inglés cuando le preguntaron por la juventud de sus jugadores antes del partido de octavos. Algo que demostró con el once que presentó, en el que solo Ashley Young superaba la treintena. Tras eliminar a Colombia, Inglaterra afrontará el duelo de este sábado a las 16.00 ante Suecia como el último escollo antes de colarse entre las cuatro mejores selecciones del mundo por primera vez en 28 años. Una oportunidad histórica que los jóvenes futbolistas ingleses no quieren dejar pasar porque, como piden sus seguidores en cada partido que disputan, no quieren llevarles de vuelta a casa todavía.
Fuente: El País