La pandemia del coronavirus que ha paralizado a grandes
minoristas y tiendas familiares en todo el mundo podría estar haciendo
mella también en los negocios ilícitos.
En Chicago, una de las ciudades más violentas de Estados
Unidos, las detenciones relacionadas con drogas se han desplomado un 42% en
las semanas posteriores al inicio de la cuarentena con respecto al año pasado.
Parte de esa caída, según algunos abogados penalistas, se debería a que los
traficantes no tienen otra opción más que esperar al final del bache económico.
"La respuesta que recibo es que no pueden moverse para
vender nada en ningún lugar", dijo Joseph Lopez, un abogado en Chicago que
representa a reputados narcotraficantes.
En general, los delitos en Chicago bajaron un 10% desde el
inicio de la pandemia, una tendencia que se repite en todo el mundo con
ciudades reportando increíbles caídas en la tasa de criminalidad desde que se
pusieron en marcha las medidas para contener la propagación del coronavirus.
Incluso en las regiones con un mayor nivel de violencia fuera de las zonas de
guerra, se cometen menos asesinatos y robos.
Sin embargo, las autoridades están preocupadas por un
incremento de la violencia doméstica no denunciada y por lo que ocurrirá
cuando se levanten las restricciones o si se alargan demasiado.
Es raro que la tasa de delincuencia de una ciudad baje en
dos dígitos, incluso en periodos muchos más largos. En la década de 1990,
durante el descenso de la criminalidad en Nueva York, uno de los mayores
cambios en la historia del país, los delitos disminuyeron en un 40% en tres
años. Esto hace que el desplome actual, en apenas dos semanas, sea incluso más
radical.
En Latinoamérica, la delincuencia se ha reducido a unos
niveles nunca vistos en décadas.
"Los asesinatos bajaron y los gánsteres no acosan
tanto", dijo Eduardo Perdomo, un obrero de la construcción de 47 años al
bajar de un autobús en San Salvador. "Creo que tienen miedo de contraer el
virus, y no salen".
Políticas de seguridad
El Salvador reportó una media de dos asesinatos al día
en el último mes, desde el pico de 600 diarios de hace unos años.
Gran parte de ese cambio se debió al endurecimiento de las
políticas de la seguridad y a las treguas entre pandillas, pero la imposición
de una limitación casi total a los movimientos podría estar reduciéndola aún
más, según analistas y las estadísticas nacionales.
En Perú, donde la delincuencia se desplomó un 84% el
mes pasado, Raúl González, empleado en una funeraria en Lima, llegó a tener
hasta 15 cadáveres diarios, muchos de ellos víctimas de homicidios. Esta
semana, dormitó sobre un banco tras seis horas sin clientes.
"Casi no hay asesinatos y accidentes de auto estos
días", informó González.
En Sudáfrica, la policía reportó un sorprendente declive en
su primera semana de cuarentena. El ministro de la Policía, Bheki Cele, dijo
que el número de violaciones denunciadas pasó de 700 a 101, con respecto al
mismo periodo de 2019. Además, los cargos por asalto pasaron de 2.673 a 456, y
los asesinatos de 326 a 94.
En Nueva York, el principal brote del virus en Estados
Unidos, los delitos mayores _ asesinato, violación, robo, agresión, hurto mayor
y robo de autos _ se redujeron en un 12% entre febrero y marzo. En Los Ángeles,
las estadísticas de delitos cometidos en 2020 estaban en línea con las del año
pasado hasta la semana del 15 de marzo, cuando se redujeron en un 30%.
La forma de vigilar también está cambiando por la
pandemia. Cada vez más agentes caen enfermos: en el departamento de policía de
la Ciudad de Nueva York, el más grande del país con 36.000 agentes, más de
7.000 están de baja y más de 2.000 fueron diagnosticados con COVID-19.
Además, las autoridades estadounidenses están emitiendo
citaciones en lugar de realizar detenciones de bajo nivel, controlan el
cumplimiento del distanciamiento social y colocan detectives en los autos
patrulla, lo que a su vez podría reducir la tasa de criminalidad.
Aunque es improbable que las autoridades anuncien que están
controlando menos algunos delitos, "eso será el caso", dijo Philip
Stinson, criminólogo de la Universidad Estatal Bowling Green.
"En muchos aspectos, en las próximas semanas, van
a estar en modo de supervivencia", añadió.
Pero aunque las detenciones por narcóticos han caído, la
venta de droga continúa y los traficantes pueden haberse visto obligados a
cambiar sus estrategias, apuntó Rodney Phillips, quien formó parte de una
pandilla en Chicago pero ahora trabaja como mediador de conflictos en la
ciudad.
Asaltos agravados
"Estos muchachos ya se enfrentan a la pobreza y a la
muerte en esas zonas", afirmó. "Ahora podrían estar vendiendo más por
internet, pero no van a dejarlo solo por el coronavirus".
Un hombre de Maryland acusado de operar una tienda en
la Darknet dedicada a la venta de opiáceos con prescripción, presumió en
su página diciendo: "Incluso con el Corona Virus (sic) la tienda funciona
a toda velocidad".
Otros delitos, sin embargo, podrían verse avivados por las
cuarentenas.
El jefe de la policía de Houston, Art Acevedo, dijo que en
la ciudad los asaltos agravados se incrementaron en un 10% en las tres últimas
semanas, y la mitad de ellos fueron violencia doméstica, una proporción mucho
más alta de lo habitual. Las llamadas a la línea telefónica directa de abuso y
maltrato a menores de Missouri se redujeron a la mitad al inicio de la pandemia
en el estado. Según defensores, las llamadas ya no se realizan porque los
menores no van a la escuela.
Y Chicago registró un repunte de la violencia armada
esta semana, de acuerdo con el periódico Chicago Sun-Times, que reportó 60
balaceras _ 19 letales _ entre el domingo y el jueves.
En San José, California, el jefe de policía Eddie Garcia
espera que la tendencia a la baja continúe una vez termine la pandemia, pero
sus agentes se están preparando para lo peor.
"Cuanto más tiempo estemos confinados, más tiempo
estaremos jugando con fuego", vaticinó.
En la mayoría de los pacientes, el COVID-19 provoca
síntomas leves y moderados como fiebre y tos, pero en otros, especialmente
mayores y personas con enfermedades previas, puede derivar en neumonía e
incluso en la muerte. Y las investigaciones muestran que se puede ser muy
contagioso aunque no se muestren síntomas. En todo el mundo se han confirmado
1,5 millones de casos.