Judith Escalante Sánchez tirada en el piso mientras es salvajemente golpeada por dos de sus tres agresores, sin que nadie intervenga para detener el ataque del lunes en la glorieta de Montejo. Al centro, el jefe de los porros, Carlos Herrera Chalé, y delante de él uno de los agresores apodado "el Café Tacuba"
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Luego de recibir atención médica y recuperándose aún de las lesiones, Judith Escalante Sánchez, una de las mujeres que fueron brutalmente golpeadas en la glorieta de Montejo, afirma que lo primero que quiere aclarar es que no pertenece a ningún partido político y acudió como ciudadana a manifestarse contra el paso deprimido.
"No soy militante... es más, soy antipartidista. Y aunque colaboro en actividades a favor de la ecología, tampoco pertenezco a ningún organismo civil", subraya la diseñadora gráfica.
"Me da mucha tristeza y coraje que las autoridades y el PRI confundan a la sociedad al politizar esta situación. Se trató de un movimiento ciudadano.
"Es cierto que luego llegó gente del PAN, pero también del mismo PRI. La manifestación era abierta...
"Lo que más tristeza me da es que, a final de cuentas, no ha habido una respuesta de las autoridades para aclarar esta situación y menos para castigar a los responsables. Exigimos que esto no quede impune y se castigue a los agresores", subraya Judith Escalante.
"También me da pena que el señor Carlos Herrera Chalé sea capaz de mentir de esa forma, al decir que no agredió a nadie, que no acepte lo que pasó y que quiera tergiversar todo.
"Y en medio de todo esto, como ciudadanos no tenemos respuesta del gobierno, no intervino para protegernos, dejó que nos golpearan salvajemente y ni siquiera nos ha dado una disculpa".
La activista, declarada proambientalista, es la mujer que aparece en fotos y vídeos al recibir golpes y patadas de manos de tres mujeres. También fue arrastrada en más de una ocasión.
Judith Escalante afirma que la pesadilla comenzó cuando empleados del Ayuntamiento -"digo que lo son porque tenían el uniforme"- empujaron las vallas hacia el sector que da al restaurante Campay y les cerraron el paso al grupo donde ella estaba: "Acabamos en la boca del lobo", pues ya había empezado el virulento ataque.
"Una persona me grita: 'Ve a ver a tus muertos', volteo y veo al cónsul tirado, bastante golpeado, lastimado, me asusté bastante.
"Venía con un estudiante que conocí en la manifestación, Érick Gamboa, cuando de repente nos golpean. Él comienza a protegerme y pide que no me golpeen, pero nos separan y a cada uno nos caen a golpes.
"A mí, dos sujetos me empujan y, al caer el piso, me golpean y patean tres mujeres. Luego me arrastran, no recuerdo cómo salí, no sentí los golpes porque estaba en 'shock'; perdí el oído, sólo veía cómo me golpeaban, no entendía lo que estaba pasando, todo fue muy rápido.
"Esto nunca debió haber sucedido, no tiene justificación, y esta agresión no puede quedar impune, debe haber castigo para los agresores", enfatiza.
"Y si las autoridades no hacen nada, será triste, deprimente e indignante que sólo vean por sus intereses y sigan pisoteando los intereses de la sociedad.
"Los golpes se nos quitan y desaparecen, pero los ciudadanos ya abrieron los ojos. Y si las autoridades no hacen justicia, ¡tenemos el voto!", apunta la diseñadora gráfica. "Espero que esto no se olvide, no falta mucho para expresarnos con nuestro voto".