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Rompe el silencio el candidato del PRI Nerio Torres
Política y gobierno
Mauricio Vila asegura que modificará lo que no da resultados en el Ayuntamiento
El presidente municipal de Mérida electo, Mauricio Vila Dosal, asegura que su administración será de continuidad y cambio, y se compromete a poner lo mejor de su parte para que la capital del Estado conserve su liderazgo nacional.
“Hay que mantener lo que se hace bien y modificar lo que no da resultados”, advierte Vila Dosal.
El panista asegura que uno de los pilares de su triunfo fue que en el PAN salieron unidos de la elección interna y con el apoyo de todos los liderazgos.
Sobre la relación que espera tener con el gobierno del Estado, indica que “estoy en la mejor disposición de sentarme a negociar, a buscar acuerdos y consensos, siempre con los intereses de Mérida por delante”.
El alcalde electo destaca que recibirá un Ayuntamiento con finanzas sanas, pero con nubarrones en el horizonte por el caso de la devolución millonaria de recursos que reclaman particulares por el pago de un impuesto y el asunto de las luminarias.
Una semana después de las elecciones, ayer rompió el silencio el candidato del PRI, Nerio Torres Arcila.
En un comunicado y en un desplegado que publicamos en la sección Local, el priista dice que respeta el resultado emitido por las autoridades electorales.
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El desafío que viene
Mauricio Vila Dosal, alcalde electo de Mérida
A Mauricio Vila Dosal (Mérida, 30 de marzo de 1980) lo mueve una idea: hay que hacer buena política, reflexiva, honesta, transparente, plural, cercana a los ciudadanos… esa política diferente, moderna que pide tanto la sociedad.
Esa convicción puesta en práctica y la imagen fresca, el aire a renovación que exhibe este político de 35 años, le ayudaron a ganarse la confianza de los meridanos para superar a un duro adversario con mayor experiencia y más recursos.
Son las cinco y media de la tarde. El alcalde electo de Mérida abre personalmente la puerta y nos invita a pasar. En la casa se respira vida familiar, cotidiana. Hay fotografías de sus dos pequeños hijos —Mauricio y Alejandrina— sobre una mesita en la sala y una de su boda con María Eugenia Ortiz Abraham en el comedor.
Vila Dosal es un buen político, pero es mucho más que eso: abogado, con posgrados en Estados Unidos, empresario de éxito y, sobre todo, un hombre acostumbrado a luchar por las cosas que más aprecia. Dicen quienes lo conocen que su seña de identidad es la franqueza, lo que no impide que se sienta incómodo con preguntas que buscan definirlo y que sus respuestas en temas políticos sean concisas, sin falsas poses ni grandilocuencias. Eso dice mucho a su favor.
¿Cuál fue su primer pensamiento de hoy?
“¿Qué le pasará a Mau?”… porque lo escuché llorar. A las seis de la mañana me despertó su llanto, le estaban dando su medicina y no le gusta.
¿Qué espera usted de la vida? ¿Por qué se metió a la política?
Ser feliz. Me metí a la política porque, como ocurre con tantas personas, estoy harto de ciertas cosas. Muchos nos quejamos en privado, pero hacemos poco para cambiar lo que nos molesta. Estoy convencido de que si a la política no nos metemos personas como tú o como yo, las cosas seguirán iguales. Es importante que nos demos la oportunidad de participar, desde cualquier posición, desde cualquier trinchera. Todos tenemos algo que hacer por los demás, que es hacer algo por nosotros.
¿Qué condiciones requiere un buen político?
Primero que nada, honestidad. Visión a largo plazo, sinceridad, ganas de hacer las cosas…
¿Qué es más importante: el deber o la amistad?
El deber, desde luego. Los amigos, los verdaderos amigos, entienden que lo más importante es cumplir tu responsabilidad de manera honesta, generosa. Los auténticos amigos ayudan, no te estorban.
¿Cómo se ve dentro de tres años?
Todavía como alcalde, trabajando, contento.
¿Qué es lo mejor de vivir en Mérida?
Lo dije muchas veces a lo largo de la campaña: Mérida es más que una ciudad, es un estilo de vida. Nos damos lujos que desafortunadamente otras ciudades del país no tienen: caminar sin miedo en la calle, ir al parque con la familia, disfrutar la ciudad hasta altas horas de la noche… En ese sentido, tenemos que poner todo lo que esté a nuestro alcance para preservar esas condiciones, lo que implica conservar nuestras costumbres y tradiciones, cuidar lo que tenemos, ser amables y solidarios con los demás, respetar los espacios públicos.
¿Y lo menos bueno?
Percibo con preocupación transformaciones en la sociedad que podrían acarrear consecuencias graves, como la desintegración familiar y la drogadicción. Son temas que requieren atención urgente.
¿Cuál fue la mejor herencia que recibió de su padre?
El sentido de la responsabilidad y el amor por el trabajo. A mi papá lo recuerdo trabajando siempre. Era además un hombre recto y generoso. Personas con las que me encontré durante mis recorridos que tuvieron oportunidad de conocerlo me dejaron buenos comentarios al respecto.
¿Cuál sería la mejor herencia para sus hijos?
Una de las razones por las que estoy en esto es el deseo de dejarles el mejor lugar para vivir. Quiero poner mi granito de arena para que Mérida sea mejor, más humana, más entrañable y tranquila, más próspera, con mejores oportunidades para todos. Mi deseo es que cuando mis hijos tengan mi edad les guste de su ciudad lo mismo que hoy me gusta a mí.
¿De qué puede presumir?
De mi familia, de mis hijos que me tienen loco. Y también de que lo que he conseguido ha sido con mucho esfuerzo. Las cosas no han sido fáciles, nada me ha llegado gratis, todo ha sido a base de trabajo sin descanso, de trazarme objetivos, de hacer hasta lo imposible para conseguirlos.
¿De qué pecado cojea?
De ser muy sincero. Se me ha criticado por decir abiertamente lo que pienso, dicen que políticamente soy incorrecto, pero es mi forma de ser.
¿Qué lectura hace usted del resultado de las elecciones?
En el PAN sabíamos que sería una elección complicada. Cuando surgió la posibilidad de que yo fuera candidato, dije que si en el partido no visualizábamos cómo venía este proceso, difícilmente sacaríamos un buen resultado. Era muy importante salir unidos de la elección interna, construir una candidatura única, apoyada por todos nuestros liderazgos.
¿Qué fue lo más difícil?
Nada fue fácil. Nos enfrentamos a un candidato del PRI que repetía y que había sido secretario de Desarrollo Social —con todo lo que implica ese cargo—, a un PRI fortalecido por alianzas con otros partidos y a una candidata del Movimiento Ciudadano que tenía un interés específico. Pero a los meridanos ya no se les engaña. Valoraron lo que tienen, lo que quieren para su futuro y emitieron su voto en ese sentido.
¿Ya escogió a sus colaboradores?
En la cabeza tengo perfiles, no personas. Seré cuidadoso porque recibiremos un Ayuntamiento con finanzas sanas, pero con nubarrones en el horizonte: el asunto del ISAI, el tema de las luminarias… además por la crisis económica nacional se anunciaron recortes para este año y el que viene. Tendremos que hacer cambios en la estructura municipal para sortear estas situaciones.
¿Su gobierno será de continuidad o de cambio?
De ambos. Hay que mantener lo que se hace bien y modificar lo que no da resultados. Mi gobierno será incluyente y de contacto directo con la sociedad. Hoy en día los ciudadanos demandan nuevas formas de hacer política. Quieren políticos reales, vernos en la calle, trabajando. Mi gobierno entonces será de puertas abiertas, plural. Terminaron las campañas, quedaron atrás las contiendas, quienes competimos no somos enemigos. Llegó el momento de sumar esfuerzos, de trabajar juntos…
¿Está dispuesto a dialogar con el gobierno del Estado?
Desde luego. Estoy en la mejor disposición de sentarme a negociar, a buscar acuerdos y consensos, siempre con los intereses de Mérida por delante. El gran desafío que viene exige un trabajo coordinado no sólo hacia adentro, sino con los gobiernos estatal y federal. Los grandes problemas de la ciudad no los puede arreglar una sola persona. Algo que nos distingue a los meridanos es el amor por nuestra ciudad y creo que ese amor encontraremos la fuerza para trabajar duro por verla prosperar y seguir adelante.
“Quiero poner mi granito de arena para que Mérida sea una ciudad cada vez mejor, más humana, más entrañable y tranquila, más próspera, con mejores oportunidades para todos…”
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