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Lectura sobre la derrota del PRI en 2 municipios
Miércoles, 15 de julio de 2015 - Edición impresa
Para el investigador Freddy Espadas Sosa, el resultado electoral de Valladolid tiene una clara lectura: es fruto de un conflicto entre los caciques eternos del municipio.
El caso de Progreso, dice, tiene características similares, pues es consecuencia de un rompimiento dentro de la familia priista.
Los comentarios del doctor en Educación son parte de la amplia entrevista que concedió a este periódico en torno a los resultados de la elección del 7 de junio.
En entregas anteriores publicamos sus opiniones acerca de las rupturas que se han generado dentro de los partidos. Entre las más sonadas está la de Progreso, donde la candidata del PRI a la alcaldía, Jéssica Saidén Quiroz, acusa de traidores a ex alcaldes del puerto.
A continuación reproducimos las declaraciones medulares del catedrático y ex director de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) sobre la situación postelectoral en Valladolid y Progreso, con las cuales concluimos nuestras publicaciones de la entrevista:
—El caso de Valladolid fue un pleito fuerte de los caciques eternos, entre ellos “los vidales”. Lo digo sin menoscabo del esfuerzo de Morena, que es digno de elogio porque partió de escasos recursos, con presencia casi nula en los medios de comunicación, con la falta de estructura que caracteriza a un partido nuevo, etcétera. Lo que logró a nivel nacional y local es digno de aprecio, de valoración: se abrió paso en un contexto donde los partidos grandes monopolizan los recursos y las estructuras de gobierno, tanto estatal como nacional y municipal, se mueven a favor del partido al que representan.
—En Valladolid siempre ha sido apabullante el dominio del PRI. Es una plaza que los priistas no soltaban, pero resulta que entre los caciques surgieron conflictos muy fuertes y, sin demeritar el esfuerzo y el triunfo de la candidata de Morena, sobrevino una ruptura y les impusieron una candidato.
—Como no hubo consenso, no les gustó la imposición. Dijeron que sí, pero a la hora de la verdad operaron contra el candidato Mario Peniche. La alcaldesa electa obtuvo votación alta y la única explicación es que hubo mano negra, fuego amigo.
—Y del caso de Progreso, pues la propia candidata derrotada lo está diciendo casi con pelos y señales. Cuando el río suena es que algo trae. Y no puede ser que los dirigentes del PRI piensen que somos disminuidos mentales y salgan a alegar que es un dicho de ella (de Jéssica Saidén). No dicen que no (es verdad su versión), pero lo dan a entender al afirmar que es su visión personal.
—Progreso siempre ha sido una plaza muy fuerte para el PRI. Era impensable que el PRI perdiera en Progreso. Con sus trucos y lo que quieras, pero la oposición nunca había podido levantar cabeza en ese municipio. Ahora resulta que el Partido Nueva Alianza, que ni siquiera está bien posicionado en el Estado, gano la elección.
—Si recurro a todos los elementos históricos en Progreso me parece que mucho de lo que dice la ex candidata es cierto. Es un secreto a voces que los grupos priistas se enojaron porque les impusieron a una candidata. (José Isabel) Cortés (quien fue uno de los precandidatos del PRI), dijo: aquí no, me la negaron, les diré que sí pero luego busco por otro lado.
—Seguro que en Progreso hubo un pacto. A Cortés le dijeron: ve por el Panal. Si el Panal no tiene lana le damos. Y ganó.— ÁNGEL NOH ESTRADA
De un vistazo
Los caciques
El doctor en Educación Freddy Espadas subraya el papel decisivo que tuvo en las elecciones el rompimiento de caciques en Valladolid. Cita entre los más fuertes a “los vidales” y “los garcías”.
La vuelta de Morena
No obstante, el ex director de la UPN en Yucatán sostiene que no se debe minimizar el esfuerzo que realizaron Morena y su candidata en Valladolid: se abrieron paso en un contexto en el cual los partidos grandes acaparan los medios de comunicación y mueven grandes cantidades de recursos para favorecer sus intereses. Y con esa presencia casi nula, añade, lograron levantarse.
El caso Progreso
Sobre Progreso, el doctor Espadas recalca que era impensable una derrota del PRI en ese municipio, pero esto se concretó porque a los grupos priistas tradicionales del puerto les disgustó una imposición.
