"Vi a gente bañada en sangre. Una de ellas era un pobre muchacho con la cara sangrante y la ropa rota, auxiliado por una atemorizada señora que se compadeció de él".
Esas palabras relatan parte de los sucesos que la abogada Marisol Canto Díaz, consejera en derechos humanos, vio el 4 de julio en la glorieta de Montejo, a donde acudió para atestiguar la protesta pero terminó en medio de una represión cuyas escenas le impactaron y la hicieron solidarizarse con los agredidos.
"La Historia debe recoger estos hechos, deben ser enseñados en las escuelas para que se conozca por todos y no se repita".
Testigo del 4 de julio no pensó vivir algo así en Mérida
Publicada: 31 julio 2011
"Atestigué la golpiza a una valiente joven vestida de amarillo, la cual en varias ocasiones interpuso su cuerpo para que no se golpeara a manifestantes", dijo la Licda. Marisol Canto Díaz, al relatar los hechos del 4 de julio.
"Unas señoras gordas la atacaron, le pegaron en forma brutal: le daban patadas, puñetazos, le jalaban el cabello o le estrellaban la cabeza contra el piso".
"La pobre joven logró escapar gracias a la intervención de varias personas que detuvieron la golpiza; tenía la ropa rota, manchada de sangre".
"En la glorieta me topé con mi hermano, a quien uno de los atacantes le gritó: ¿Ya viste lo que les pasa a las perras rabiosas? También estuvo ahí un sobrino mío, fue amenazado: A tí, pelón, te voy a matar".
La Licda. Canto Díaz coincide con otros que, al analizar los hechos, concluyen que hubo una represión planeada.
"Si la orden era sacar a la gente de ahí, limpiar la glorieta a como diera lugar, entonces los golpeadores cumplieron. Lo hicieron a punta de golpes, patadas, amenazas, insultos...
"¿Y quién estaba interesado el desalojo? ¿La empresa Proser o el Ayuntamiento?".
Ese día, la entrevistada se topó con Julián Colonia Várguez, jefe de prensa de la Comuna, a quien conoce desde hace tiempo.
"Yo le pregunté: ¿Por qué se hace esto con las patas? Sólo me respondió: 'Esto no debería estar pasando'. Yo le repliqué que la situación podría complicarse, pero él no contestó".
Marisol Canto tiene una maestría en educación, se dedica a la docencia y es consejera de la Comisión de Derechos Humanos de Yucatán.
"El 4 de julio fue una experiencia fuerte para mí, nunca pensé que viviría esto en Mérida
"