Noticias de Yucatán
"Hábitat" se
anunciaba como un “santuario para
perros”abandonados, incluso recibía subsidio del gobierno
estatal y donativos de negocios o particulares, sin embargo, lo que se
desconocía hasta hace unos días es que los caninos
estaban descuidados, sin comer, y enfermos.
El lugar, donde también "cobijaban" a mascotas
cuyos dueños ya no podían conservarlos en sus hogares por cuestiones de espacio
u otros inconvenientes, resultó un “infierno” para decenas de animales, que
permanecían en condiciones deplorables de salud, famélicos, sin agua, ni
alimentación suficiente; en condiciones de total insalubridad, e infestados de
sarna, garrapatas y parásitos intestinales.
Al albergue habían ingresado perros que se quedaron sin
dueño o se extraviaron durante el sismo del 19 de septiembre en la Ciudad de
México, pero al parecer no lograron sobrevivir por las malas condiciones que
imperaban en el lugar.
Ya advertidos sobre el maltrato que sufrían las mascotas,
por denuncias que recibieron a través de un video, un grupo de activistas
defensores de los animales, acudió el martes a "Hábitat", en el
municipio de Allende, al sur de Monterrey. Aunque se tenían noticias de que
había 134 perros, sólo lograron a rescatar 27 animales.
De acuerdo con activistas, Luis Marroquín, el responsable
y promotor del refugio, huyó del lugar para no encarar sus reclamos, ya que
ellos mismos habían llevado al “santuario” perros que habían rescatado de las
calles, una vez que los curaron de heridas o enfermedades. Los caninos se
encontraban en condiciones a las que vivían cuando deambulaban en la vía
pública.
Flor Jiménez, una de las personas que acudió al operativo
de rescate, mostró fotografías del antes y después de un perro que llegó de la
Ciudad de México, “en espera de un nuevo hogar”, y fue localizado el miércoles
con la piel pegada a los huesos, con sarna “y seguramente enfermo”.
Expresó que supuestamente 15 perritos fueron traídos de
la capital del país, pero desconocen qué ocurrió con los demás, pues no saben
si los regalaron o murieron por el maltrato que recibían.
Citó que ella llevó al “santuario”, una perrita llamada
Paloma, y la encontró “en los puros huesos”, pese a que cada mes entregaba 800
pesos al responsable del proyecto Hábitat para su cuidado, y además donaba
bultos de alimento. Lo mismo hacían todas las personas que llevaban algún perro
para dejarlo en custodia.
Además, dijo que presuntamente Luis Marroquín, recibía un
apoyo anual de un millón de pesos del gobierno estatal, para sostener el
albergue de animales abandonados, a donde eran llevados aquellos que sus dueños
querían darlos en adopción. Asimismo, pese a que presentaron denuncia ante la
Procuraduría de Justicia del Estado, el caso no ha sido atendido.
El responsable del centro Hábitat, estaría incurriendo en
violaciones a la Ley de Protección y Bienestar Animal para la Sustentabilidad
del Estado de Nuevo León, por lo que se haría acreedor a sanciones
administrativas.
Pero además, el Código Penal del Estado establece en su artículo
445, que: “Al que cometa actos de maltrato o crueldad en contra de cualquier
especie de animal doméstico, causándole lesiones, se le impondrá de tres días a
un mes de prisión y multa de tres a cinco cuotas”.
Si las lesiones ponen en peligro la vida del animal
doméstico, se asienta, “se aumentará en una mitad la pena señalada; en caso de
que las lesiones le causan la muerte al animal doméstico, se impondrá de quince
días a seis meses de prisión y multa de cinco a quince cuotas”.
La Autoridad podrá sustituir total o parcialmente la pena
por tratamiento psicológico hasta de 60 días, o por la prestación de jornadas
de trabajo en favor de la comunidad de 10 hasta 60 días, se establece en el
Código Penal de Nuevo León. El Universal.