Publicada: 10 agosto 2011
Política y gobierno
Especialistas relacionados con la sanidad animal alertan de nuevo sobre el riesgo de que Yucatán pierda el estatus sanitario, lo cual pondría en serios aprietos a las actividades pecuarias y, por consiguiente, la actividad económica de cientos de productores.
Lo que ya es un hecho, advierten, es que se ha perdido la "trazabilidad", capacidad de seguir toda la cadena de un producto de consumo, desde su origen hasta su estado final. Es decir, con ella se puede conocer la procedencia de cualquier animal en caso de detectarse algún problema o enfermedad.
Entre los factores que han llevado al riesgo citan los siguientes:
1) Hay menos personal para las inspecciones en rastros y ranchos, por una serie de despidos.
2) Hay municipios enteros donde no se realiza el "areteado" de bovinos desde hace un año. Los aretes son como la CURP del ganado. Si no se colocan no se puede conocer la ruta del animal, desde su nacimiento hasta el sacrificio, y esto obstaculiza la investigación de enfermedades.
3) Ante la falta de aportaciones del gobierno del Estado, el Comité Estatal para el Fomento y Protección Pecuaria de Yucatán sólo tiene recursos para funcionar sin contratiempos hasta fines de agosto. Después pueden surgir graves complicaciones.
4) Sigue relajada la vigilancia en las entradas y salidas del Estado. Hay caminos que comunican con Campeche y Quintana Roo donde se puede introducir o sacar ganado sin problemas.
5) Se dejó de capturar al murciélago hematófago, causante de enfermedades en el bovino, con el argumento de que no hay recursos.
Este mes es clave para la sanidad animal en Yucatán
Publicada: 10 agosto 2011
(1)Con menos recursos que el año pasado y con una personalidad jurídica cuestionada, el Comité Estatal para el Fomento y Protección Pecuaria de Yucatán se encuentra en un mes clave para sus operaciones y, paralelamente, para el futuro del estatus sanitario de la entidad.
El estatus sanitario, como ya informamos, es otorgado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, con base en evaluaciones de una comisión binacional, y otorga a la entidad beneficiaria privilegios en la exportación y otros aspectos comerciales, por su buen nivel de control de enfermedades.
Aunque la evaluación se enfoca a bovinos, otros sectores resultan beneficiados en forma indirecta, como la porcicultura y la apicultura.
En el caso de Yucatán, el estatus se comenzó a tambalear al reducirse o retrasarse los recursos que aporta el gobierno del Estado, pues se restringieron los trabajos de vigilancia.
El problema se agudizó con el despido de 15 inspectores de la Comisión para la Erradicación de la Tuberculosis, la Brucelosis y otras Enfermedades de los Bovinos. Otros están en capilla.
En el aspecto económico, una reunión que se efectuó el 1 de julio en la ciudad de México reveló que el Ejecutivo del Estado sólo había aportado 1.5 de los 5 millones de pesos que ofreció este año para las campañas de sanidad animal. En 2010 entregó, aunque con retrasos, $20 millones.
A esas alturas, el gobierno federal había aportado los $34 millones que le correspondían.
Hace poco más de dos semanas comparecieron funcionarios del Comité Estatal para el Fomento y Protección Pecuaria ante la Comisión de Ganadería del Congreso. Se reconoció que el gobierno del Estado no ha entregado toda la parte que le corresponde y que sólo hay recursos para operar hasta fines de agosto.
"Sí, está en peligro de perderse el estatus sanitario", declara en una entrevista Miguel Lagunas Aragón, ex supervisor pecuario y ex presidente de la Asociación Ganadera Local de Panabá.
El problema, dice, se agrava por la falta de personal en el Comité Estatal de Fomento y Protección Pecuaria, que tiene su principal manifestación en la falta del "areteo" del ganado.
"La vigilancia ha menguado, ya no es tan estricta", indica el ex dirigente, quien fue supervisor en el Oriente de la Comisión para la Erradicación de la Tuberculosis y la Brucelosis.
"Se perdió el seguimiento de las enfermedades por la falta del 'areteo'. Están llegando animales y no conocemos su procedencia".
El MVZ Lagunas advierte que el problema afecta también al consumidor, quien no tiene certeza de la carne que compra porque, al no conocerse el origen del ganado, no se sabe si el animal fue criado con las normas adecuadas
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