Muchas personas fueran olvidadas por quienes los llevaron a votar
Al igual que en otros sectores de la ciudad, el retraso en la apertura de las casillas fue el denominador común en el sur de la ciudad, donde la molestia de los ciudadanos que desde temprana hora hacían fila hizo que muchos se fueran sin votar.
Algunas casillas comenzaron a funcionar después de las las 10:30 de la mañana, lo que ocasionó que los votantes comenzaran a desesperarse y se retiraran. En algunas secciones el problema fue la falta de los funcionarios, pues no se presentaron a la hora que se había establecido.
Como en otras zonas, la “ola roja” quedó atrás: ahora los príistas, bautizados como “ola blanca”, vistieron camisas de ese color con el dibujo de una familia en verde y dos franjas rojas a sus pies y estuvieron presentes en todas las casillas.
En todas las casillas del sur de la ciudad se vio la presencia de la “ola roja” ahora disfrazada de blanca e invitaban a la gente a sufragar por su candidato.
Los taxímetros también hicieron su aparición para llevar gente desde su colonia hasta el sitio donde les tocaba sufragar, en el caso de quienes votan lejos de sus hogares, aunque muchos de ellos no esperaron y los votantes tuvieron que retornar a sus casas caminando, lo que enojó a muchos. “Nos hicieron lo que las parteras: nos trajeron y después ve cómo te regresas”, dijo enojada la señora Esperanza Gamboa, quien sufragó en la Escuela Secundaria Técnica 59 en la Emiliano Zapata Sur III.La señora Gamboa fue una de las primeras que votó en la casilla 625, donde se instalaron una básica y nueve contiguas, lo que motivó un enorme atraso de más de hora y media para abrirlas.En esa misma casilla un votante, quien no quiso revelar su nombre, sufragó pero los encargados no le sellaron sus dedos. Tiempo después tuvo que regresar para que le pongan tinta en los pulgares.A las puertas de la casilla 574 de San José Tecoh I, un grupo de simpatizante organizaba también el llevar a los ciudadanos a votar, “tengo una que vota en kanasín…y otra de la Dolores Otero, ¿vienes por ellas?”, preguntó al teléfono a su interlocutor.Donde fue más que evidente la presencia de la “ola blanca” fue a las puertas de la casilla 566 de Cinco Colonias, donde los impatisantes del PRI estaban muy activos con sus listas, verificando quienes de los afiliados o simpatizantes del partido iban a votar, y al salir discretamente les daban instrucciones para ir por su torta y su refresco a un predio cercano, ubicado en la calle 50 esquina con 131, en el que no podía faltar la manta de apoyo a los candidatos del PRI pegado en la pared.A Victoria Cordero, de 18 años, no le importó estar desde las 7 de la mañana a las puertas dela Técnica 59 esperando la apertura de la casilla, pues por primera vez emitió su voto. Es vecina de la colonia San Luis Dzununcán y se dijo feliz de votar por primera ocasión.La distancia de su domicilio al sitio de la casilla es lejano, pero no le importo.En la colonia Dolores Otero, casilla 541, la gente comenzó a discutir con uno de los funcionarios de la casilla que salió a decirles que propnto empezaria la votación cuando eran las 8:50 de la mañana. Los ciudadanos les recriminaron el retraso, y le hicieron ver que había personas de la tercera edad en la fila, tres en sillas de ruedas, y otros con bastón, quienes desde las siete de la mañana acudieron a hacer fila para ser de los primeros en votar.¿Esta regularidad va a quedar asentada?, preguntaron.Ahí mismo una pareja de esposos sufría porque tenían que ir a trabajar y les habían dado permiso para entrar a las nueve de la mañana, pero la casilla aún no abría a esa hora.”Y mientras nos dijeron que tenemos que votar, hay que mostrar la tinta en los dedos, sino no nos dejan entrar”, dijo la mujer, quien prefirió omitir su nombre, pero reveló que trabaja en el penal meridano.Otro sitio en el que los votantes se alteraron por larga espera fue la casilla 546 de la colonia Santa Rosa, donde a las 9:25 comenzó la votación, pero desde minutos antes de las ocho de la mañana había gente en la fila para sugfragar.Flor Rodríguez, una de las que esperaban, asegura que más de 100 personas se retiraron al ver que no iniciaba la votación, algunos se fueron por cansancio o fastidio y otros porque tenían que trabajar.Ahí se vivió una situación de disgusto, pues aunado al retraso hubo desorganización, ya que los ciudadanos se pusieron en dos filas, para la básica y la contigua, pero los funcionarios de casilla querían que se pusieran en una sola, ante los gritos de la gente que se oponía, no les quedó más remedio que dejar las filas como estaban.A pesar de la molestia, los ciudadanos tuvieron un gesto de amabilidad, pues permitieron a Jorge Cruz Soberanis, quien tuvo un accidente, usa collarín y debe guardar reposo, que pasara a votar sin hacer la fila.En las primarias Lolbé y Graciliano Ricalde, ubicadas en la Ciudad Industrial, a las 8:30 de la mañana todavía estaban instalando las mamparas para la votación; en la primaria Miguel Hidalgo de San Marcos Nocó, donde se instalaron la casilla 0611 básica y cinco contiguas, a las 8:45 aún estaba llegando la papeleta, lo que causó el desánimo de los votantes, muchos de los cuales, enojados, abandonaron la fila.Algo similar ocurrió en la colonia Canto, sección 547, en la que los votantes esperaban bajo el sol.Un anciano de nombre Adalberto Uc Canché, decidió retirarse, pues cuando abrieron la casilla a las 9:40 de la mañana, le dijeron que la fila no era donde estaba, sino otra, y prefirió retirarse, “ya me voy a mi casa”, dijo.En esa misma colonia, pero en la casilla 548, ubicada en la jardín de niños “Fernando Barbachano Ponce”, se generó confusión por la instalación de casillas, pues no sabían si poner juntas las urnas federales de las casillas básica y contigua y en otro salón las urnas de la votación estatal.Cuando se dieron cuenta que no funcionaba el sistema que utilizaron, decidieron cambiar las urnas de la votación estatal junto a las de votación federal, para que así los votantes sólo tuvieran que entrar a un salón, y no hubiera necesidad de hacer dos filas.Esto sucedió pocos minutos después de las 10 de la mañana.En este colegio se podía leer un letrero con la siguiente leyenda: “Aviso: el lunes no habrá clases en este jardín por ser casilla el día de las elecciones”.Y así como hubo ausencia de funcionarios en algunas casillas, otros dieron muestra de responsabilidad cívica, como Joel Mandujano Tzec, quien fue escrutador de la casilla 579 contigua 3, y a pesar de tener un brazo enyesado repartía las boletas a los votantes.En la casilla 562 de la colonia Mercedes Barrera, varios ciudadanos se estaban yendo sin terminar de sufragar, pues sólo votaron en una mesa, la de las elecciones federales, y les faltaba la estatal, ubidada en otro salón de la escuela particular que se habilitó como centro de votación.Sin embargo, varios de los simpatizantes de los partidos ubicados en el lugar estaban al pendiente de avisar a sus conocidos para que no se fueran sin terminar de emitir su voto completo.En otras colonias como la Melitón Salazar, Delio Moreno y Castilla Cámara, la jornada matutina transcurrió tranquila. El único incoveniente, como en la mayoría fue el retraso en la apertura.-Martín E. González Canto, Iris Ceballos Alvarado La presencia de numerosos simpatizantes a las puertas de las casillas en el sur de la ciudad predominó a la hora del cierre de la votación, y en algunos casos el ambiente se tornó ríspido y hubo connatos de pleito que hicieron necesaria la intervención de las autoridades.Los casos más severos se registraron en casillas de la colonia Salvador Alvarado Sur.En la casilla 553, ubicada en la técnica 24, fue donde se concentró gran cantidad de gente a las afueras del plantel, pero se formaron dos gripos bien marcados de priístas y panistas, quienes comenzaron a lanzarse indirectas cada vez más directas hasta que se encendieron los ánimos, y cuando algunos de los presentes vieron que la situación se tornaba más ríspida pidieron el auxilio de las autoridades.Dos carros de antimotines llegaron al lugar en pocos minutos, pero curiosamente los carropatrullas que pasaban por la casilla 554 ubicada en la colonia María Luisa, se detuvieron a preguntar si ahí era el problema, cuando les dijeron que no, que era en la técnica 24 se fueron para allá, pero varios vehículos de simpatizantes priístas (se presume porque hablaban con quienes portaban playeras rojas o blancas con el logo de la familia) los siguieron.”Vamos” dijo uno, y más de 10 jóvenes dispuestos a todo se subieron a los vehículos, las placas de estos son: YZR 8532, ZAD 8369, YZE 8441, ZAG 8134 y hasta uno con placas de Campeche CN 43304.Ya en la casilla de la técnica 24, los antimotines se bajaron y solicitaron a los presentes la calma, y enseguida se retiraron.Algunas se quejaron de la actitud de ambos grupos, pues “dónde está la democracia, si quieren imponer al que les agrada”.En la casilla 552 instalada en el Cbtis 95 los grupos de PRI y PAN también estuvieron a punto de enfrentarse a pedradas, lo que causó pánico a una señora que estaba a las puertas de la casilla con su hija en una carreola, y de inmediato comenzó a llamar a la policía.”Ya agarraron piedras, se van a pelear”, extrenó visiblemente alterada.Pero los jóvenes de ambos bandos se fueron en vehículos hacia otro lugar justo cuando dos patrullas federales pasaban por el lugar y la señora les pidió seguirlos y detenerlos, lo cual no sucedió.”Está muy mal, porque tienen que hacer eso, porque no dejan que gane el que la gente quiere, si ya votamos, porqué no se respeta la votación”, externó.Y agregó “la gente que trabaja siempre la va a ir bien gane quien gane”.Otra sección en la que el ambiente se volvió tenso fue en la casilla instalada en la Técnica 59 de la colonia Emiliano Zapata Sur III, donde un numeroso grupo de personas esperaba el resultado de la votación, la mayoría eran simpatizantes del PRI, y lo que causó temor fue que había al menos dos personas armadas, quienes no tuvieron empacho en mostrar sus armas aseguradas en la cintura, como una forma de intimidación.En las demás casillas el cierre de éstas y el conteó de las boletas transcurrió en calma, aunque con cierta desesperación por parte de los ciudadanos que esperaban el resultado por la tardanza en el proceso final.