Noticias de Yucatán. Noticias de Hoy
Un joyero de Madrid tuvo que defender su establecimiento utilizando un arma de fuego e hiriendo gravemente a los atracadores que intentaron robarle.
Guillermo Cuadrado, propietario de la joyería, vio como dos hombres entraron en su tienda y su hija, empleada en el negocio, les atendía mostrándole algunas piezas. En un momento dado, uno de ellos se abalanzó sobre la joven e intentó reducirla para comenzar el atraco; el otro ladrón amenazó a Guillermo con una pistola de descargas eléctricas.
Sin embargo, no se hicieron con el control de la situación, porque los dueños de la joyería ofrecieron una inesperada y eficaz resistencia: la mujer comenzó a rociar gas pimienta con un spray a los ojos de los atracadores y el joyero desenfundó una pistola del calibre 38.
Tal como explica Guillermo Cuadrado a La Sexta, durante el forcejeo disparó dos tiros a uno de los atracadores y tres tiros al otro. Los ladrones emprendieron su huida con las manos vacías y gravemente heridos de bala. Uno se desplomó durante la huida y el otro apareció poco después en un hospital, pero ninguno murió.
"Hubiera preferido matarlos, eran perros rabiosos que venían a matarnos a nosotros", declaró el joyero a La Sexta. Al parecer, los atracadores eran miembros de una organización delictiva conocida como "Los panteras rosas"
Un joyero de Madrid tuvo que defender su establecimiento utilizando un arma de fuego e hiriendo gravemente a los atracadores que intentaron robarle.
Guillermo Cuadrado, propietario de la joyería, vio como dos hombres entraron en su tienda y su hija, empleada en el negocio, les atendía mostrándole algunas piezas. En un momento dado, uno de ellos se abalanzó sobre la joven e intentó reducirla para comenzar el atraco; el otro ladrón amenazó a Guillermo con una pistola de descargas eléctricas.
Sin embargo, no se hicieron con el control de la situación, porque los dueños de la joyería ofrecieron una inesperada y eficaz resistencia: la mujer comenzó a rociar gas pimienta con un spray a los ojos de los atracadores y el joyero desenfundó una pistola del calibre 38.
Tal como explica Guillermo Cuadrado a La Sexta, durante el forcejeo disparó dos tiros a uno de los atracadores y tres tiros al otro. Los ladrones emprendieron su huida con las manos vacías y gravemente heridos de bala. Uno se desplomó durante la huida y el otro apareció poco después en un hospital, pero ninguno murió.
"Hubiera preferido matarlos, eran perros rabiosos que venían a matarnos a nosotros", declaró el joyero a La Sexta. Al parecer, los atracadores eran miembros de una organización delictiva conocida como "Los panteras rosas"