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Este es el momento desgarrador en que un policía rompe en llanto cuando su querida perra mascota respira por última vez. Flora, una perra policía retirada, tuvo que ser puesta a dormir después de que se le diagnosticara una forma de cáncer cardíaco terminal.
Ella había pasado años en una policía local en México. El pastor alemán se ve débil pero juguetón mientras está de pie sobre una mesa sobre sus cuatro patas, mientras que su dueño parece abatido.
Toma un protector acolchado de la manga y lo desliza sobre su brazo, dejando que la perra marrón lo muerda. El hombre luego besa la nariz de su mejor amiga y frota suavemente su rostro mientras ella se acuesta en la mesa.
Se ve al policía abrazándola, acariciándole la cabeza mientras le dice adiós a su amada mascota. Sus palabras son inaudibles, ya que la música suena de fondo, pero de su expresión se desprende claramente que es un discurso conmovedor.
También se puede ver a otro hombre jugando con el perro, dándole el mismo afecto mientras se prepara para decir adiós.
Mientras tanto, el veterinario en el fondo se prepara para la eutanasia. El policía se rompe en lágrimas cuando él besa su cabeza y se frota la nariz cuando un veterinario la inyecta.
- El oficial aprovecha el momento para acariciar a la mascota que tanto sirvió a la corporación antes del último adiós
Este es el momento desgarrador en que un policía rompe en llanto cuando su querida perra mascota respira por última vez. Flora, una perra policía retirada, tuvo que ser puesta a dormir después de que se le diagnosticara una forma de cáncer cardíaco terminal.
Ella había pasado años en una policía local en México. El pastor alemán se ve débil pero juguetón mientras está de pie sobre una mesa sobre sus cuatro patas, mientras que su dueño parece abatido.
Toma un protector acolchado de la manga y lo desliza sobre su brazo, dejando que la perra marrón lo muerda. El hombre luego besa la nariz de su mejor amiga y frota suavemente su rostro mientras ella se acuesta en la mesa.
Se ve al policía abrazándola, acariciándole la cabeza mientras le dice adiós a su amada mascota. Sus palabras son inaudibles, ya que la música suena de fondo, pero de su expresión se desprende claramente que es un discurso conmovedor.
También se puede ver a otro hombre jugando con el perro, dándole el mismo afecto mientras se prepara para decir adiós.
Mientras tanto, el veterinario en el fondo se prepara para la eutanasia. El policía se rompe en lágrimas cuando él besa su cabeza y se frota la nariz cuando un veterinario la inyecta.