Varios cuerpos fueron localizados dentro y fuera de una
residencia en la pequeña comunidad rural de Portapique, ubicada 100 kilómetros
al norte de Halifax
Un hombre disfrazado de policía baleó a la gente en sus
casas y desató incendios en una masacre en la provincia de Nueva Escocia que
dejó 16 muertos, el ataque más letal de este tipo en la historia de Canadá. El
sospechoso también murió, informaron el domingo las autoridades.
Entre los muertos hay una agente de policía. Varios cuerpos
fueron localizados dentro y fuera de una residencia en la pequeña comunidad
rural de Portapique, ubicada 100 kilómetros (60 millas) al norte de Halifax, en
lo que la policía dijo fue la primera escena del crimen. También se localizaron
cadáveres en otras localidades.
Durante la noche, la policía comenzó a recomendar a los
residentes del pueblo — que ya cumplían órdenes de confinamiento por la
pandemia de coronavirus — que cerraran sus puertas con llave y permanecieran en
sus sótanos. También se reportaron incendios en varias casas de la zona.
La policía dijo que la persona que creen es la responsable
de los ataques se llama Gabriel Wortman, de 51 años, y se cree que vivía en
Portapique parte de su tiempo. Las autoridades señalaron que en un momento dado
utilizó un uniforme de policía y adaptó su vehículo para que pareciera una
patrulla de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP, por sus iniciales en
inglés).
En un principio la policía anunció que había arrestado a
Wortman en una gasolinera de Enfield, a las afueras de Halifax, pero más tarde
informó de su muerte. Se desconoce la causa, y las autoridades no comentaron al
respecto.
“Este es uno de los actos de violencia más insensatos en la
historia de nuestra provincia”, dijo el premier de Nueva Escocia, Stephen
McNeil.
El portavoz de la RCMP, Daniel Brien, confirmó el asesinato
de 16 personas y la muerte del sospechoso. La agente fallecida se llamaba Heidi
Stevenson, madre de dos hijos y veterana con 23 años de experiencia. Otro
agente resultó herido.
Los tiroteos masivos son relativamente inusuales en Canadá.
El país reformó sus leyes de control de armas después de una masacre en 1989,
en la que el agresor Mar Lepine mató a 14 mujeres antes de quitarse la vida en
la Universidad École Polytechnique de Montreal, que hasta el domingo era el
peor ataque de su tipo en la historia del país.
Ahora es ilegal poseer una pistola sin registro o cualquier
arma automática en Canadá. El país también exige capacitación, una evaluación
personal de riesgos, dos referencias, notificación al cónyuge y registros de
antecedentes penales antes de adquirir un arma.
“Como país, en momentos como este, nos unimos para apoyarnos
unos a otros. Juntos nos lamentaremos con los familiares de las víctimas y les
ayudaremos en estos momentos difíciles”, afirmó el primer ministro Justin
Trudeau en un comunicado escrito.
Aunque creen que el ataque inicial no fue aleatorio, la
policía no informó del motivo. El supervisor en jefe de la RCMP, Chris Leather,
señaló que muchas de las víctimas no conocían al agresor.
“El hecho de que este individuo tuviera un uniforme y un
auto de policía a su disposición sin duda deja ver que no fue un acto cometido
al azar”, comentó, y añadió que las autoridades creen que actuó solo.
Señaló también que investigarían si el ataque estuvo
relacionado con la pandemia, pero hasta el momento no hay ningún indicio.
El agresor y la policía intercambiaron disparos en cierto
momento, indicó Leather.
Fuente: Excelsior