Antes de ingresar al gobierno del Estado, Carlos González Caamal, presunto dueño de una lujosa casa en las afueras de Ixil, trabajó como asesor contable y proveedor de alcaldes que luego fueron acusados de malversar fondos públicos.
Es el caso del priísta Santos Sosa Avilés, presidente municipal de Kantunil en el período 2004-2007, denunciado por los diputados del PAN el 6 de octubre de 2005 por reportar obras inexistentes e “inflar” el precio de los bienes y servicios contratados por ese Ayuntamiento.
González Caamal, identificado entonces como asesor de Sosa Avilés, apareció en la denuncia de los legisladores como presunto responsable de reportar obras inexistentes, pero facturadas a su nombre, así como de inflar precios y “maquillar” las cuentas del Ayuntamiento.
Según esa denuncia, la constructora de González Caamal habría recibido $90,000 por supuestas obras de bacheo y $120,000 por ampliaciones a la red eléctrica, que nunca se hicieron.
Ayer informamos que González Caamal, director de Administración y Finanzas de la Oficina de la gobernadora Ivonne Ortega, sería el dueño de una casa en Ixil, con acabados de primera, costosos muebles, piscina, cancha de tenis y una cochera con autos de lujo, entre ellos un Cadillac.
En su denuncia, los panistas acusaron al presidente municipal de Kantunil de acreditar pagos con obras que ya existían o de hacer cuantiosos gastos en regalos o en vales de combustible, que nunca se comprobaron adecuadamente.
Problemática asesoría
Funcionario ligado a presunto desvío de fondos públicos
13/07/2010
De acuerdo con los archivos del Diario, el secretario de la Comuna de Kantunil en el período 2004-2007, Elmer Jacinto Gamboa Gamboa, presentó en julio de 2005 documentos que prueban que el alcalde de esa población “infló” los precios de las obras de introducción de energía eléctrica al edificio del Cobay, por las que supuestamente pagó $145,458.90, cuando el presupuesto de la Comisión Federal de Electricidad era de $78,300.
En intervenciones posteriores, el mismo funcionario declaró a la prensa, el 2 de junio de 2007, que el alcalde Santos Sosa Avilés “contrató al contador Carlos González Caamal en marzo, abril y mayo de 2005 para llevar las cuentas y participar, además, como constructor y proveedor de la Comuna a espaldas del Cabildo de Kantunil”.
“Nos enteramos cuando el alcalde y su asesor pretendieron llevar a comer a los regidores a Chelem para que firmen las cuentas de seis meses, que ya estaban elaboradas y presuntamente aprobadas, pero los ediles se negaron”, dijo esa vez.
Cuatro meses después de la denuncia de los panistas, presentada ante el Ministerio Público y la Contraloría estatal el 6 de octubre de 2005, Sosa Avilés se reunió con los legisladores en el edificio del Congreso el 17 de febrero de 2006 y allí admitió las irregularidades, pero atribuyó la responsabilidad a su asesor, González Caamal.
De acuerdo con los informes de prensa de esa reunión, el presidente municipal de Kantunil habría admitido que “me dejé llevar por mi asesor, pero por eso lo cambié”, y pidió la asesoría de los diputados para reunir la información sobre los precios inflados incluidos en sus reporte de gastos, “para denunciar al asesor”.
Sosa Avilés dejó entrever que González Caamal no sólo alteraba los precios de las compras, sino que también mantenía en su poder varias facturas de las obras que presuntamente había realizado.
Debido a esas irregularidades, el Cabildo de Kantunil no aprobó las cuentas del Ayuntamiento. Al final de la LVII Legislatura, ese municipio era el único que no había entregado sus cuentas a la Contaduría Mayor del Congreso.