WASHINGTON (AP).— Apple no cumplirá la orden de un juez federal que lo obliga a hackear el dispositivo de un usuario como parte de la investigación del atentado de diciembre pasado en San Bernardino, California.
Ayer, el director ejecutivo de la compañía, Tim Cook, declaró que acceder a la petición debilitaría el cifrado del aparato y abriría una puerta trasera que podría usarse en otros equipos.
La declaración de Cook, subida en la madrugada del miércoles a la web de la empresa, responde a la orden de la jueza Sheri Pym de que Apple ayude al gobierno de Estados Unidos a acceder a un iPhone encriptado que era propiedad de uno de los responsables del ataque.
La decisión, la primera de su tipo, es una victoria significativa para el Departamento de Justicia en el debate sobre la legislación tecnológica que enfrenta a la privacidad digital con la seguridad nacional.
“Este momento pide un debate público y queremos que nuestros clientes y la gente de todo el país comprenda lo que está en juego”, dice Cook sobre la orden, emitida anteayer en California. Ésta “tiene implicaciones mucho más allá del caso legal en cuestión”.
La presidencia de Barack Obama ha promovido que se refuerce el cifrado de información a fin de mantener a los consumidores a salvo en internet, pero ha tenido problemas para encontrar un ejemplo convincente.
En su comunicado, Cook señala que aceptar la orden significaría usar software especializado para crear lo que en la práctica sería una puerta trasera, una “llave maestra capaz de abrir cientos de millones de cerraduras”.
“No se equivoquen…”
“En manos equivocadas, este software —que no existe ahora— tendría el potencial de desbloquear cualquier iPhone en poder de una persona”, advierte. “El FBI podría utilizar diferentes palabras para describir esta herramienta, pero no se equivoquen: construir una versión de iOS que eluda la seguridad crearía sin ninguna duda una puerta trasera”.
“Si bien el gobierno puede alegar que su uso se limitaría a este caso no hay modo de garantizar ese control”.
El director del FBI, James Comey, afirmó la semana pasada en el Congreso de Estados Unidos que el cifrado es un problema para las fuerzas de seguridad del país, que “encuentran un dispositivo que no puede abrirse ni siquiera cuando un juez dice que hay causa probable para abrirlo”. El fallo judicial vinculó el problema al ataque terrorista más mortífero en suelo estadounidense desde los ocurridos en septiembre de 2001 contra el World Trace Center y el Pentágono.
Syed Farook y su esposa Tashfeen Malik mataron a 14 personas el 2 de diciembre durante un tiroteo en una fiesta de fin de año de los colegas de Farook.
La pareja murió más tarde en un enfrentamiento con los agentes de policía.
Fiscales federales dijeron anteayer a la jueza —en una sesión en la que no se permitió la participación de Apple— que no pueden acceder al teléfono del trabajo utilizado por Farook porque no conocen su contraseña y Apple no coopera con ellos.
Desde 2014 Apple incluye un sistema de cifrado por defecto en sus iPhone que limita el acceso al contenido del aparato a quien conozca la contraseña.
De un vistazo
Interés
No se sabe qué creen los investigadores que podrían encontrar en el teléfono de Syed Farook o por qué la información no estaría disponible mediante otro proveedor de servicio, como Google o Facebook.
Varias dudas
Farook no tenía con él su teléfono del trabajo en el momento del ataque. Éste fue descubierto en una búsqueda posterior. No se sabe si se olvidó del iPhone o no le importaba que fuera encontrado.
Ayer, el director ejecutivo de la compañía, Tim Cook, declaró que acceder a la petición debilitaría el cifrado del aparato y abriría una puerta trasera que podría usarse en otros equipos.
La declaración de Cook, subida en la madrugada del miércoles a la web de la empresa, responde a la orden de la jueza Sheri Pym de que Apple ayude al gobierno de Estados Unidos a acceder a un iPhone encriptado que era propiedad de uno de los responsables del ataque.
La decisión, la primera de su tipo, es una victoria significativa para el Departamento de Justicia en el debate sobre la legislación tecnológica que enfrenta a la privacidad digital con la seguridad nacional.
“Este momento pide un debate público y queremos que nuestros clientes y la gente de todo el país comprenda lo que está en juego”, dice Cook sobre la orden, emitida anteayer en California. Ésta “tiene implicaciones mucho más allá del caso legal en cuestión”.
La presidencia de Barack Obama ha promovido que se refuerce el cifrado de información a fin de mantener a los consumidores a salvo en internet, pero ha tenido problemas para encontrar un ejemplo convincente.
En su comunicado, Cook señala que aceptar la orden significaría usar software especializado para crear lo que en la práctica sería una puerta trasera, una “llave maestra capaz de abrir cientos de millones de cerraduras”.
“No se equivoquen…”
“En manos equivocadas, este software —que no existe ahora— tendría el potencial de desbloquear cualquier iPhone en poder de una persona”, advierte. “El FBI podría utilizar diferentes palabras para describir esta herramienta, pero no se equivoquen: construir una versión de iOS que eluda la seguridad crearía sin ninguna duda una puerta trasera”.
“Si bien el gobierno puede alegar que su uso se limitaría a este caso no hay modo de garantizar ese control”.
El director del FBI, James Comey, afirmó la semana pasada en el Congreso de Estados Unidos que el cifrado es un problema para las fuerzas de seguridad del país, que “encuentran un dispositivo que no puede abrirse ni siquiera cuando un juez dice que hay causa probable para abrirlo”. El fallo judicial vinculó el problema al ataque terrorista más mortífero en suelo estadounidense desde los ocurridos en septiembre de 2001 contra el World Trace Center y el Pentágono.
Syed Farook y su esposa Tashfeen Malik mataron a 14 personas el 2 de diciembre durante un tiroteo en una fiesta de fin de año de los colegas de Farook.
La pareja murió más tarde en un enfrentamiento con los agentes de policía.
Fiscales federales dijeron anteayer a la jueza —en una sesión en la que no se permitió la participación de Apple— que no pueden acceder al teléfono del trabajo utilizado por Farook porque no conocen su contraseña y Apple no coopera con ellos.
Desde 2014 Apple incluye un sistema de cifrado por defecto en sus iPhone que limita el acceso al contenido del aparato a quien conozca la contraseña.
De un vistazo
Interés
No se sabe qué creen los investigadores que podrían encontrar en el teléfono de Syed Farook o por qué la información no estaría disponible mediante otro proveedor de servicio, como Google o Facebook.
Varias dudas
Farook no tenía con él su teléfono del trabajo en el momento del ataque. Éste fue descubierto en una búsqueda posterior. No se sabe si se olvidó del iPhone o no le importaba que fuera encontrado.