Defraudada por Crecicuentas: perdió lo que ahorró para su vejez

27 agosto 2015
Noticias de Yucatán



Familias completas figuran en la lista de las centenares de personas que depositaron sus ahorros en Crecicuentas. Y parte de los hogares afectados económicamente a raíz de ese fraude viven en comunidades milperas mayablantes del sur del Estado.
En ese caso está María Teresa Dzul Euán, de 67 años de edad, quien perdió $14,400. También resultaron afectados su cónyuge, el cual está por cumplir 70 años de edad, y tres de sus hijas.
Los esposos ahorraron durante años para una vejez menos dura, pues carecen de jubilación. Y ahora que estaban por retirarse perdieron esa esperanza, el futuro es obscuro para ellos.
Vestida con hipil y con dificultad para comunicarse en español, doña María Teresa relató que el dinero que ella depositó en Crecicuentas lo recibía de sus nueve hijos, quienes se lo obsequiaban para que ella los gastara en necesidades personales.
Pero prefirió ahorrarlos en Crecicuentas para aumentar un poco esa cantidad.
Parte de los $14,400 que perdió le fue obsequiado durante sus celebraciones de cumpleaños, la Navidad y el 10 de mayo. Ella se sacrificó, en vez de destinar esos recursos económicos en gustos personales los guardó en esa organización con la esperanza de incrementarlos.
Ahora ella cuenta su experiencia con una mezcla de angustia y rabia. Los daños económicos continúan para ella y sus hijas, pues cada una gasta más de $150 para venir a Mérida y participar en las protestas frente al Palacio de Gobierno.
La entrevistada dijo que sus cuatro hijos varones son milperos como el padre.
Cultivan maíz, frijol, cítricos y hortalizas. El trabajo en el campo es desde que sale el sol hasta que se oculta, con un descanso después del mediodía, durante las horas en que más aprieta el calor.
Las esposas de esos hombres atienden el hogar y los hijos. Suprimen los ratos de descanso para bordar prendas y venderlas. Parte del dinero fruto de ese trabajo también quedó en Crecicuentas.
Una de las hijas perdió $85,000 que ahorró durante años porque la hija de aquella deseaba cursar una carrera universitaria en Mérida. Ahora no podrá hacerlo.
Los cinco integrantes de esa familia que depositaron ahí sus ahorros fueron conquistados por las historias de otros vecinos que aseguraban que en esa organización se pagaban altos intereses y daban otros beneficios adicionales. También influyó la propaganda casa por casa que realizaba la oficina que esa organización tenía en Oxkutzcab.
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